Para estas asambleas, no deben haber campañas electorales, ni culto a la personalidad. Lo que cuenta es el trabajo honesto, la dedicación y el compromiso con la revolución bolivariana. Las bases tienen la palabra, y son ellas quienes, en un ejercicio de verdadera democracia, decidirán quiénes serán sus candidatos. Este proceso es una oportunidad para dejar atrás los egos y las ambiciones personales, y para recordar que la unidad es nuestra principal fortaleza.
La idea no es imponer nombres, sino que sean los propios militantes, aquellos que conocen las necesidades de su territorio, quienes postulen y sean elegidos. Esto garantiza que los candidatos sean verdaderos representantes de las bases, y no figuras impuestas que no responden a los intereses del pueblo. Es un proceso que fortalece la democracia interna del partido y que refuerza el compromiso con la revolución.
Sin embargo, este proceso también nos llama a la reflexión. Si permitimos que los intereses individuales y las posiciones egoístas se impongan, corremos el riesgo de dividirnos y debilitar nuestra fuerza como partido de Gobierno. El 27 de abril nos espera una batalla crucial, y no podemos darnos el lujo de llegar divididos. La unidad es nuestra principal arma, y debemos cuidarla como el tesoro más preciado que tenemos.
Estas postulaciones son una oportunidad para demostrar que el PSUV es un partido que cree en el poder del pueblo, en la democracia real y en la participación activa de sus militantes. No se trata de ganar posiciones individuales, sino de fortalecer el proyecto colectivo que representa la revolución bolivariana. Cada postulación, cada decisión, debe estar orientada a garantizar que seguimos avanzando juntos, sin divisiones ni egoísmos.
En este contexto, es fundamental que las bases asuman este proceso con responsabilidad y compromiso. Debemos postular y elegir a quienes realmente representen nuestros intereses, a quienes hayan demostrado con hechos su dedicación a la comunidad y a la revolución. No podemos permitir que intereses ajenos al pueblo se infiltren en este proceso. La revolución necesita de todos y todas, pero especialmente de aquellos que trabajan sin descanso por el bien común.
Finalmente, este proceso es un llamado a la unidad y a la conciencia revolucionaria. Las postulaciones de candidatos no son un fin en sí mismas, sino un medio para fortalecer nuestra lucha y garantizar que el PSUV siga siendo el instrumento político del pueblo. Debemos recordar que, más allá de las diferencias individuales, lo que nos une es el compromiso con la patria y con el proyecto socialista que hemos construido juntos.
El 22 y 23 de febrero, las bases del PSUV tienen una cita con la historia. Es el momento de demostrar que la verdadera democracia se construye desde abajo, con el pueblo como protagonista.
Chávez vive en el pueblo organizado ....!!!
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